Consejos básicos para un buen mantenimiento de tu impresora

La impresora se ha convertido en un elemento imprescindible en cualquier empresa. Del cuidado que la dispensemos hoy, dependerá lo lejos que esté ese día del mañana que toque reemplazarla. Siempre hay imponderables, como esa molesta avería, el turno para el recambio o la actualización de sistema; pero tenemos en nuestra mano alargar la vida útil de nuestro dispositivo, ya sea de tinta o de tóner (láser). Solo debemos seguir los siguientes consejos para un buen mantenimiento de tu impresora.

Programación

Ese esencial que los siguientes consejos los pongamos periódicamente, de su reiteración depende su éxito. Por ejemplo, podemos aprovechar cada vez que cambiemos el tóner o el cartucho para ponerlos en práctica; o en la primera ocasión en la que detectemos que las impresiones comienzan a no mostrar la calidad requerida. Dentro de esta previsión, está, por supuesto, leer el manual de instrucciones de nuestro equipo.

Limpieza

Es esencial que mantengamos nuestro equipo libre de polvo y suciedad. Periódicamente debemos limpiar, tanto el exterior como el interior de nuestra impresora, con un paño un poco humedecido. Procurar que el tejido no se descomponga o pueda dejar residuos o hilos durante la limpieza. Un paño para limpiar gafas es ideal, así como un bastoncillo. Lo ideal es prescindir de los productos de limpieza, sobre todo los corrosivos, o aquellos con base de amoníaco en caso de que aun así queramos utilizarlos, podemos emplear alcohol isopropílico.

En caso de que vayamos a estar un tiempo sin usar el dispositivo, debemos mantenerlo cubierto. Evitaremos que entre polvo, o que se acumulen residuos, que pueden atascarlo o acabar ensuciando nuestras impresiones.

Dos últimos apuntes en este apartado:

1/ En el caso de que tengas una impresora de tinta, recuerda no desenchufarla. Estos equipos realizan limpiezas de manera automática, pero para cumplir esta función el equipo debe tener corriente eléctrica.

2/ En el caso de las impresoras láser, debemos realizar una limpieza una vez al mes, de manera ideal. Si utilizamos poco nuestro equipo, podemos hacerlo de manera trimestralmente.

Ubicación

Tan importante o más que la propia limpieza. El sitio que escojamos dentro de nuestra oficina o espacio de trabajo puede ahorrarnos muchos disgustos en un futuro. A la hora de ubicar tu dispositivo ten en cuenta siempre que debe estar lejos de lugares húmedos o expuestos altas temperaturas, como los generadores de calor o  radiadores. Además nuestro equipo deber tener siempre espacio, sin nada que pueda obstruir sus salidas de calor o ventiladores. Pero recuerda,  siempre cerca de una fuente de electricidad y de una adecuada ventilación.

Impresión periódica

Tanto la tinta como los cabezales pueden secarse si estamos un tiempo si utilizar nuestro equipo. Lo ideal es que lo mantengamos ‘activo’, para evitar un posible bloqueo en partes fundamentales de nuestra impresor; al menos imprime una o dos veces por semana.

Papel y consumibles de calidad

En la medida de lo posible, utiliza siempre consumibles de primera calidad y originales. En el caso del papel te evitará impresiones de mala calidad. Por otro lado, a la hora de colocarlo en el cargador, nunca sobrepases el límite, y no lo abaniques antes de colocarlo, una costumbre extrañamente común. Por último, en caso de atasco, nunca tires de él ni lo fuerces.

Con respecto a los consumibles, los expertos aconsejan contar siempre con repuestos a mano y optar por marcas originales, por aumentar el grado de fiabilidad y calidad de los acabados de nuestro equipo.

El interior es sagrado

Todos llevamos (o creemos llevar) un manitas dentro. Esa voz interior que nos dice: “Esto lo arreglo yo y me ahorro el dinero del técnico”. Lo ideal es que consigas acallarla; si no lo logras, y notas que algo le ocurre a tu impresora, ¡nunca la desmontes! En el peor (y más habitual) de los casos dañarás un elemento sensible y podrías anular la garantía. Si tienes que cambiar el tóner o cartucho de tinta, no fuerces los soportes si notas alguna resistencia, ni tampoco las partes claves del equipo, como los inyectores o el chip. Un mal movimiento con ambos, o forzarlos es casi sinónimo de una avería importante.

Como ves, un buen mantenimiento de tu impresora es bastante sencillo, todo lo contrario que afrontar un avería importante, el cambio de una pieza clave o algún error del software; ahí toca apostar por un experto. En Lagom una de nuestras máximas es que tan sólo tengas que poner a funcionar el equipo y te olvides de todo lo demás. Si estás interesado en alquilar un equipo, contratar un servicio de mantenimento o deseas una consultoría de ahorro de costescontacta con nosotros ahora.